Combinación de la carta Tres de Espadas y la carta Siete de Espadas
La combinación del Siete y Tres de Espadas destila un sabor amargo de traición que desemboca inevitablemente en sufrimiento. Alguien teje sus redes en las sombras, mientras otro cae en la trampa. Un marido esconde una aventura, pero la verdad explota como una bomba, dejando cicatrices que no sanan. O tal vez ese compañero de trabajo se apropia de tus ideas cuando nadie mira, y tú te enteras por pura casualidad después. Esa delgada línea entre el impulso de ocultar y la agonía de ser descubierto: ahí radica el corazón de esta combinación.
Combinación de la carta invertida Tres de Espadas y la carta Siete de Espadas
El Siete de Espadas derecho junto al Tres de Espadas invertido revela a alguien que lleva puesta una máscara las 24 horas. Esconden su dolor, aparentando que la vida les sonríe. Como ese actor que interpreta la felicidad perfecta sobre el escenario mientras su mundo se hace pedazos detrás del telón. Este comportamiento es típico de quienes le tienen pánico a mostrarse vulnerables o a perder las riendas. El engaño aquí apunta más hacia adentro que hacia los demás.
Combinación de la carta Tres de Espadas y la carta invertida Siete de Espadas
Un Siete Invertido con un Tres de Espadas Derecho es como una confesión que no logra curar las heridas. Alguien admite sus errores y está dispuesto a enmendarlos, pero el daño emocional cala demasiado hondo. Un estafador arrepentido puede mostrar remordimiento genuino, pero sus víctimas no están para perdones fáciles. Es ese momento en el que toca cargar con las consecuencias de tus actos, aunque ya hayas decidido cambiar de rumbo.
Combinación de la carta invertida Tres de Espadas y la carta invertida Siete de Espadas
Ambas cartas invertidas muestran a alguien huyendo desesperadamente de los líos que ha armado. Como ese deudor que no contesta el teléfono cuando llaman los acreedores, o esa pareja que niega una infidelidad que hasta las piedras conocen. No hay intención de reconocer errores ni de enfrentar el dolor. Pero tarde o temprano la realidad les pasa factura, y entonces tendrán que vérselas con todo lo que se acumuló por esquivar responsabilidades.