Le pedimos a la IA que imaginara cómo sería la trama de una secuela del clásico de culto si transcurriera décadas después del final de la primera película. Esto es lo que salió.
Han pasado años. Rose DeWitt Bukater se ha convertido desde hace tiempo en una leyenda. Pero en un mundo futuro —donde la inteligencia artificial reconstruye recuerdos a partir del ADN y las máquinas del tiempo ya no son ciencia ficción— una corporación decide revivir la historia.
En el corazón del proyecto llamado "Corazón del Océano" está la conciencia digitalizada de Rose. Los científicos extraen fragmentos de memoria de sus profundidades, reconstruyendo a los pasajeros, la atmósfera del transatlántico y el propio "Titanic" hasta el más mínimo detalle.

Fuente:
imdb.com
Los científicos continúan monitoreando, pero Rose se refugia cada vez más en el pasado, alejándose del equipo y pasando tiempo con Jack.
Mientras tanto, el "Titanic" se dirige hacia el iceberg una vez más. Los intentos de intervenir resultan inútiles: la conciencia de Rose se niega a obedecer. Es entonces cuando los investigadores deciden apagar la simulación. Pero inesperadamente, Jack —una mera proyección digital— parece volverse consciente. Toma la mano de Rose y le sugiere que se queden juntos. Saltan por la borda antes de que el barco colisione con el iceberg.
El sistema se colapsa. La proyección se apaga. Los científicos reinician todo: reinicio, nueva digitalización. Rose abre los ojos en cubierta otra vez. Todo se repite. Anteriormente en estrellavia.com, explicamos por qué James Cameron cortó una escena importante con Jack de "Titanic".